domingo, 23 de mayo de 2010

Los modos del ser en Aristóteles


Aristóteles plantea cuatro modos de explicar el ser:
Por si mismo - Por accidente.
Según categorías.
Verdadero - Falso.
Potencia - Acto.
Cuando nos referimos a los entes podemos observar que algunos aspectos del ser definen su esencia, otros, por el contrario, aportan elementos que pueden estar en otros entes. Puedo hablar del ser de un cedro, y como todo árbol tiene atributos de color, tamaño, etc, que si bien lo diferencian, se encuentran en otras especies, y no hacen a la esencia del cedro como árbol.

En esta nota voy a explicar los dos primeros modos que puntualiza el filósofo: el ser en si (Per se) y el ser por accidente (Per accidens ), y en segundo lugar el ser por categorías. Entre estas dos formas de explicar el ser existen relaciones que voy a tratar de exponer a continuación.

Retomando la idea con la que comenzamos, decimos que para Aristóteles el ente puede ser explicado de diferentes maneras. Cuando nos referimos a los entes lo hacemos desde diversos aspectos. Yo puedo decir:"esto es un libro", que no es lo mismo que decir: "este libro es blanco", o que decir:"es un libro pequeño". En los tres ejemplos hablamos de libros, pero todas las referencias son diferentes. Para aclarar esto, Aristóteles diferenció entre el "ser en si" y el "ser en otro".

El "ser en si", o en griego el ser "Per se", es el ser en si mismo, lo que lo hace particular. El ser por accidente hace referencia a todos aquellos atributos que podrían estar o no, pero que no hacen a lo esencial del ser. Que una persona sea un atleta, comerciante o tenga una familia no hace a su esencia, son atributos accidentales. El ser en si de la persona es su capacidad para razonar o para expresar sentimientos, esto lo define esencialmente como ser humano.

Relacionemos ahora el primer modo de ser con el segundo:

El "ser en si" es lo que Aristóteles define como "ousía", "sustancia". El resto de los aspectos del ser son accidentes. Estos aspectos son denominados también " ser en otro", por que son modos del ser que se distinguen en el ente pero que no existen por si mismo. No existe un ente blanco, o un ser pequeño sino que existen en relación a una sustancia.

Todos los atributos que no constituyen lo sustancial del ser y que son definidos como "ser en otro" (in alio) o ser accidental, son denominadas categorías del ser, que sin incluir a la sustancia son nueve:cantidad, cualidad, relacíón, lugar, tiempo, posición , posesión, acción , pasión.

Para explicar las categorías tomemos como ejemplo el ser Sócrates: El filósofo mide un metro setenta (cantidad), es calvo ( cualidad), es esposo de Jantipo (relación), se encuentra en una plaza (lugar), por la mañana (tiempo), está de pie (posición), está vestido ( posesión), come ( acción), y es interrogado por sus alumnos ( pasión).

Todas las categorías se refiren al ser pero no distinguen los fundamental del ente, que se encuentra en la sustancia. La ousía o sustancia constituye el ente individual y concreto, a diferencia de Parménides y Platón que veían al ente como intangible, y que en el caso de este último eran abstractos, universales, y se encontraban fuera de las cosas, por que ellas eran meros reflejos de lo real.



viernes, 14 de mayo de 2010

Platón y las tres partes del alma

Platón usa el término alma, psique en griego, para denominar ese espacio intangible, el mundo interior de los seres humanos.
Platón piensa que el alma está divida en tres partes. Cada una de ellas es usada por nosotros en una dimensión diferente de nuestra vida. El cuerpo es nuestro instrumento para poder concretar cualquier actividad cotidiana, con el cuerpo practicamos deportes, caminamos, comemos, trabajamos. El afecto es la otra parte del alma que ponemos en actividad cuando nos enojamos, tenemos miedo o nos alegramos. Expresamos nuestros sentimientos cuando compartimos cosas con los demás, cuando se presentan problemas, o simplemente cuando estamos solos, por que en los momentos de soledad también somos sorprendidos por sentimientos. La razón es la tercera parte del alma, y la ejercitamos en aquellos momentos en los que queremos elegir, organizar, resumir. Usamos la razón cuando estudiamos, cuando realizamos cálculos matemáticos y cuando concentramos nuestra mente en alguna idea que queremos entender.
Platón piensa que no somos perfectos, pero podemos acercarnos a ella si logramos hacer crecer nuestra alma. La perfección está en las ideas, la matriz desde la que se generan las copias de los seres que conforman nuestro mundo. El alma humana no es perfecta pero puede alcanzar su máximo desarrollo en cada una de sus partes.
La templanza es la virtud que podemos lograr si cultivamos nuestro cuerpo, si lo disciplinamos, si concentramos nuestra voluntad en el. Un ejemplo al que podemos recurrir para entender la templanza es el de un alpinista que debe luchar con su cuerpo; luchar contra la sed, el cansancio y el hambre para llegar a la cima. Después de mucho entrenamiento un alpinista puede llegar a tener un mayor dominio sobre su cuerpo.
La fortaleza es la mayor expresión de nuestro mundo emocional. Para Platón fortaleza es paciencia, es seguridad, es voluntad, es armonía. Fortaleza es superar el conflicto interior, el torbellino de temores, angustias o broncas que nos asolan cotidianamente.
La sabiduría es la virtud que podemos alcanzar si desarrollamos un pensamiento flexible, abierto a los consejos y criticas de los que nos rodean. Sabiduría significa poder apreciar otros puntos de vista y no encerrarnos en una opinión.
Finalmente Platón habla de la Justicia. esta última virtud hace referencia al equilibrio de las tres funciones del alma o psique. Por que si una de las tres partes toma el control de las otras dos aparecen los problemas. Si cultivamos el cuerpo, si estamos atentos a nuestros sentimientos y tratamos de darnos un tiempo para pensar las cosas estamos trabajando para mantener en armonía este mundo de tres pisos que Platón denomina alma.

martes, 4 de mayo de 2010




La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.
Sören Aabye Kierkegaard
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.

Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.

Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible.

Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo.

Mahatma Gandhi
1869-1948. Político y pensador indio.